Las bodegas - Ing. Federico Witkowski

Bodega Antonio Belli

Miércoles 26 de Julio de 2023

Federico Witkowski


Don Antonio Belli (1888 – 1958), nacido en el pueblo de Scafolo, Provincia de Ancona, región delle Marche, Italia central. Escapando de la Italia de preguerra abarrotada de ilusiones perdidas, llega a la Argentina.


Año 1908.

Un bagaje de sueños fluía por sus venas. La Argentina era un país lleno de oportunidades.
Se radica en la población bonaerense de Dolores, pero unos pocos años más tarde decide establecerse en esa tierra callada y sola llamada Patagonia. Así pues, llega al Alto Valle del Río Negro y Neuquén; era una noche fría y clara con un cielo cuajado de estrellas del tardío otoño de 1912 y entonces sintió que hay otro cielo en nuestro Sur.
Ese mismo año, ingresa como fogonero de la locomotora del sistema Decauville –un ferrocarril portátil de vía estrecha– usado para terraplenar los accesos al puente–dique Ing. Ballester y construir las banquinas del canal principal de riego. Una vez diestro en el oficio lo ascienden a maquinista, desempeñándose en tal cargo durante algunos años.
En el año 1915 contrae enlace en el pueblo de Allen con la española doña Consuelo Tecles (1897 – 1982); quienes se unieron bajo la premisa de criar a sus hijos en libertad para que acaben de seguir siempre las huellas de sus progenitores. Matrimonio del que nacen 7 hijos, 4 mujeres –Felisa, Ángela, Consuelo, Rosa– y 3 varones –Santi, Jaime, Antonio–.
En el transcurso de 1918 se establece en la Colonia La Picasa y para el año 1921, con los ahorros reunidos compra a la Compañía de Tierras del Sud, en el denominado Paraje “El 88”, una parcela de tierra en bruto. La tierra le ofrecía esperanzas de progreso. Así, inicia el desmonte del predio y luchando a destajo entre los pliegues del viento, empareja el suelo para finalmente ponerlo bajo riego. Entonces sí, primeramente siembra alfalfa, luego hace verduras, para posteriormente plantar viña.
Iniciaba la jornada laboral a la hora en que el canto de los pájaros busca amistad al rocío. Pues él bien sabía que el sacrificio traería recompensas. ¡Lucha y esfuerzo humano que se transmutaban en energía!
Don Antonio con los tambores de rezago de 200 kg de cemento utilizados en las obras del puente-dique sobre el río Neuquén construyó el techo de su primer galpón en la chacra. Galpón que en el año 1923 lo cedió al Ministerio de Educación de la Nación para que funcionara la Escuela Primaria Nº 88, recientemente creada. Número de escuela por el cual se le adjudicó el nombre al paraje.
Para la vendimia de 1924 inaugura su bodega de 70.000 litros de capacidad instalada, moliendo así su primera producción de uvas y de esta manera empezó a brotar del lagar ese encendido caldo que daría génesis a la preciada ambrosía.
Bajo el sangriento sol poniente del final del invierno, don Antonio en ceremonial protocolo levanta su vaso lleno de vino nuevo y expresa: ¡Bebed el vino, el vino nuevo! y, agradeciendo al Altísimo, bebió sintiendo las emociones más gratas.
Para completar la capacidad total de la bodega molía uva que adquiría a viñateros vecinos.
Elaboraba vinos de mesa blanco y clarete que eran envasados y distribuidos en bordelesas con la marca BELLI, comercializándolos en las localidades de: Barda del Medio –en los boliches del turco Amado Jacobo, de León y el de Tronelli– y Cinco Saltos,haciendo el reparto con un carruaje de tracción animal. Asimismo, era repartido por otros sistemas de traslado en Cipolletti, Allen y Neuquén.
Don Antonio disfrutaba de la magia de esos atardeceres estáticos en que la noche grande con recóndita fragancia de azahar madura como una oscura naranja.
Esta bodega molió su última vendimia en el año 1954 y al año siguiente clausuró definitivamente su lagar. Como ha ocurrido en numerosos casos en el valle, los viñedos fueron reemplazados por el cultivo de árboles frutales.

Publica tu comentario